miércoles, 24 de noviembre de 2010

MAXIMO BELTRÁN...el anonimato, el ritual, el silencio y el pudor....

Una desatada neo-figuración; color, ilustración fotográfica, huellas de un dibujo con olor a principio y fin.
Màximo (octubre 2010)












miércoles, 13 de octubre de 2010

MAXIMO BELTRÁN, “El arte es gusto de pocos y esa es nuestra realidad”

ENTREVISTA REALIZADA POR Carmen María Baeza L.
Dinamizadora de Servicios Virtuales

Programa BiblioRedes-DIBAM
Fono: 02-726 2457/ Fax:02-7262470
cbaeza@biblioredes.org
www.contenidoslocales.cl

Basta sólo un recorrido por su Blog para darse cuenta que es un artista integral. No sólo es un investigador de la historia local, sino que esa recopilación la plasma en relatos sencillos, profundos e intensos. La pasión está presente en todo lo que hace. El patrimonio y el arte son su vida, los textos y la pintura su manera de comunicar. Aunque un día le hicieron ver que “el poeta a veces superaba al artista”, reconoce que no puede jerarquizar sus pasiones, que es de todo un poco… Sus exposiciones de pintura han paseado por distintos lugares del mundo, en cual de todos teniendo más éxito, pero el mayor logro lo obtuvo en la Región del Biobío, donde ha alcanzado un gran reconocimiento dentro del ámbito de la cultura. Este es Máximo Beltrán Fuentes, nuestro miembro destacado de Contenidos Locales…
Carmen María Baeza L.
Dinamizadora de Servicios Virtuales




- Describes tu llegada a Chillán desde Lebu como “un enroque en el ajedrez de la vida”. Esa jugada no debe de haber sido fácil, ¿qué hiciste para hacerla menos dolorosa y salir triunfador en el juego?
- Han pasado treinta años en que lloré con la cara apoyada en el vidrio trasero, sin que nadie lo notara. Lebu era mi refugio y mi almohada, y de un instante se esfumó todo; aún siendo una jugada siniestra marcó dulcemente mi camino. Salir airoso de este juego, así como lo planteas, fue lúdicamente de a poco, lo umbilical se transformó en un ancla que nunca levanté.

- Máximo Beltrán es diseñador gráfico, poeta, fotógrafo, investigador de la historia local, artista visual y gestor cultural… Claramente esto es sólo una parte de lo que eres y haces, pero si tuvieras que ordenar estas aficiones por la importancia que tienen hoy en tu vida, ¿cuál sería esa jerarquización?
- ¿Tantas cosas?. Honestamente no me di cuenta… Creo que todas juntas, reunidas, hermanadas, indisolubles, encarnadas… No existe jerarquización alguna, aunque recuerdo las palabras del maestro Baltazar Hernández, quién al iniciarme – de manera oficial- en el mundo de las artes con mi primera exposición, se refirió: “que el poeta a veces superaba al artista”.

- Tu Blog es una verdadera recopilación histórica de hitos y lugares de la Región del Biobío, ¿cómo es que llegas a inclinarte por la recopilación de la cultura local?-
Esta respuesta la enlazo con la primera, el salir airoso de este juego. Una manera fue empezar a descubrir quién era, de dónde venía. Proponiendo una posibilidad de reconstrucción, a partir de lo que somos, de lo que tenemos, de lo que hemos tenido y reconocernos en lo mínimo, en el detalle voyerista para encontrarnos con lo perdido, invitando a conocernos y a mirarnos con todo lo que somos: pasado, destrucción, registro, fragmentos, recuerdos y reconstrucción.

- Tras el terremoto de febrero pasado gran parte del Patrimonio material de la Región del Biobío sufrió deterioro. ¿Cuál es la pérdida que más te duele y cómo crees que es posible seguir teniéndola vigente?
- En Chillán pasó algo muy peculiar, ya que el terremoto comenzó mucho antes, cuando groseramente empezaron a desmantelar las calles de adoquines por asfalto; fue el presagio de lo que vendría. Al margen de edificios y templos deteriorados, lamento que en los planes de regulación no se considere el Patrimonio Urbano como una expresión de la memoria colectiva. Prueba de ello es que no existe ningún inmueble de conservación histórica definido por los instrumentos de Planificación Territorial, en Chillán (revisar link).
Un gran ejemplo dan las comunas de Lebu con siete inmuebles, El Carmen con seis y Ñiquén con cuatro, por nombrar las comunas más pobres y pequeñas de la Región del BioBío. Una forma de proteger nuestro patrimonio es que los Planes Reguladores no sólo se preocupen del “Mercado”, sino también de nuestra identidad y fortalecerla.

- Durante los últimos años has participado de varios concursos de pintura y presentado tus creaciones en destacadas galerías nacionales e internacionales. ¿Cuál de las experiencias ha sido la más significativa?
- “Lebu” en el Instituto Chileno Norteamericano en Concepción-Chile, una muestra donde vuelvo a mi patria chica, abrazo el viento y empiezo a desempolvar recuerdos, imágenes, papeles, fotos y olores. Afuera llovía, comenzaba un temporal de viento y lluvia, eran las 20:00 horas y la sala estaba casi vacía; pero repleta de fantasmas que silenciosos me acompañaban. La sumatoria de sus edades eran las que colgaban de las murallas y un viento frío trató de besarme con su olor a muerte, pero sólo logró despeinarme.

- Máximo, al igual que otro de nuestros entrevistados tuviste problemas con la administración de un cementerio, por tomar fotografías sin autorización. ¿Crees que en Chile se limitan los espacios para el desarrollo de las artes o sólo tiene que ver con el ámbito “de lo público” y “lo privado”?
- El arte es gusto de pocos y esa es nuestra realidad; no está en el “disco duro” de los chilenos. Las prioridades son otras, el chileno no consume arte y cuando lo hace -a veces- bordea el “siutiquerío” y el “snobismo”. Es una exquisitez de pocos, donde el ámbito privado juega un papel importante. A nivel público no he notado su real aporte, aún reconociendo que en el último tiempo se están implementando políticas públicas de apoyo a la creación. Esto tiene que ver más con educación, a medida que crezcamos como sociedad y las prioridades básicas se superen ahí recién el arte estará inserto “en la canasta de consumo”.

- Las redes sociales se han convertido en un importante transmisor de la cultura local. ¿Cómo ves el auge de estas herramientas?
- Debemos reconocer que los medios electrónicos han democratizado las comunicaciones al permitirnos no solamente informarnos mejor, sino que además interactuar. El auge de estas herramientas como sitios Web, Blogs, redes sociales, se debe a la importancia que tiene en el “trasvasije horizontal” de información y conocimiento que le puso un pie a las jerarquías que –mañosamente- conservaban hasta ayer esos templos del saber; entablando o dando forma a otra historia, aquella no oficial, la de la memoria emotiva; aquella que nos transmiten nuestros pares, aquella que queda en un rincón y nadie de los historiadores oficiales les interesa.

sábado, 17 de julio de 2010

MÁXIMO BELTRÁN, Muestra plástica / Lebu

PLIEGUE / REPLIEGUE / FRAGMENTO
p. Valeria Frindt Lic. Artes / Mg. Historia

Al ver las obras de Máximo Beltrán entiendo el Pliegue como un ejercicio de la memoria. Los recuerdos en la memoria se quiebran, se arrugan, se fragmentan y envejecen con la misma belleza que da el tiempo a una superficie. El tiempo carcome, corroe, despega y, consecuentemente, libera.

Un Repliegue lo concibo como ejercicio de autoconocimiento. Detenerse en esa arruga, en ese quiebre que guarda una o nuestra historia, nuestra verdad. Cada cierto tiempo la vida nos enfrenta a estas arrugas permitiéndonos observarlas y aprendernos. Cuando Ivelic sentencia que “…la obra de arte no es conocimiento sino que es un medio para el conocimiento…” encuentro estas obras y veo su sentencia escrita en estas paredes, desplegada en ellas.

En sus obras Beltrán nos invita a disfrutar, a deleitar las sutiles formas. Sugeridas imágenes que se sobreponen como el despliegue de la construcción des construida. El repaso de la imagen como registro alterado, intervenido, construyendo una realidad desde lo que el artista es, lo que le pertenece o aquello que él siente que le pertenece.

Olor salino, frío y húmedo; olor de fin de camino frente al mar; olor de arena, de llegada, de encuentro con el origen; olor a tardes en la casa de madera, junto al fuego; olor a pan amasado, mantequilla y miel; texturas y tramas de superficies que se quedan, que el artista deja registradas; colores añejos, con añejados maderos, humedecidos y entumecidos que cobijan al susurrar sus temperaturas húmedas y salinas esculpiéndonos y, de paso, dando forma a este artista.

La imagen fantasmagórica de la memoria nostálgica fragmentada, de la historia fragmentada, de la construcción hecha pedazos, de la realidad detenida, suspendida en imágenes como advertencia adivinatoria de la realidad después del terremoto reciente, a propósito del cual Beltrán nos sugiere una posibilidad de reconstrucción, a partir de lo que somos, de lo que tenemos, de lo que hemos tenido: fragmentos.
Nos invita a mirar más allá de la gran ciudad, a reconocer en lo mínimo, en el detalle voyerista de la pintura carcomida de una ciudad de colores añejos, en la mirada especialista del artista avezado que interviene la imagen encontrándonos con lo perdido, con lo que extrañamos. No como un recuerdo lastimero, sino invitándonos a conocernos y a mirarnos con todo lo que somos: pasado, destrucción, registro, fragmentos, recuerdos y reconstrucción.

Quiero recalcar que en el mismo gesto de desconstrucción elabora su propio registro histórico y gráfico, ese de las imágenes de su origen, tan frecuentes en nuestra memoria y que tanto decimos haber perdido. Lo describe en entrevistas: retoma lo que está ahí, aquello que creía que no iba a encontrar al volver al lugar y que maravillosamente se desplegó ante él y aquí nos ofrece. Como en un acto sicomágico florecido del inconsciente Beltrán nos ofrece la oportunidad de la reconstrucción.

Uno de los elementos que hace grande a un artista es el ser capaz de enfrentarnos, a través de su experiencia, a las nuestras; esa llamada universalidad que no necesita explicaciones teóricas o que si las encuentra son un ejercicio de goce para quien las realiza.

Siempre es un privilegio poder presentar la obra de un gran artista, pero quiero destacar que, pese a que se escuchen algunas voces que dicen que tenemos pocos artistas o de mala calidad en nuestro país actualmente, creo que lo que tenemos son pocos ojos que no ven lo que tenemos o que no están dispuestos a recibir lo que nuestros artistas nos ofrecen.

Sr. Beltrán su trabajo es un verdadero y alentador regalo de goce estético literario, visual y de reconstrucción.


Palabras Máximo Beltrán
"Me pongo de pie, con respeto y con un dejo de desasosiego al verme involucrado sin querer en la búsqueda del retorno.

Naci en la ciudad minera y puerto pesquero de lebu hace más de cuatro décadas; mi formación de afectos y anclajes espirituales fueron dando forma a este Max; mis retornos esporádicos fueron hablando del rescate de aquellos lugares ignotos que nunca se transforman, pero si envejecen, aqui no llega la maquinaria a demoler lo viejo; aqui lo viejo se hace más viejo...

Han pasado más de cuatro décadas en que lloré con la cara apoyada al vidrio traser, sin que nadie lo notara; hoy he vuelto y abrazo el viento y llegan a mi las voces guardadas en los árboles, y he empezado a desempolvar muchos recuerdos, imagenes que llegan, papeles, fotos, olores; ordenar el rompecabezas que tan fácilmente un día desordenaron.

Son las imagenes del álbum donde quedé ese dia cuando había que partir.
Al volver tenía mucho miedo de no encontrarme con mis imagenes, mis olores; de ese reconocerse en los detalles que la memoria conserva y caminar silencioso para no ahuyentar ningun fantasma.pero ahí estaba todo...

Sigo a pie por las calles de mi pueblo, esquivando charcos y pozos repletos de historia; un viento frío trata de besarme con su olor a muerte pero solo logra despeinarme.

Lebu...tiene el privilegio de ser una ciudad adonde se va, no por donde paso, ya que es el final del camino...
Diversos han sido mis soportes;al comienzo fue el dibujo, la pintura, el collage, tecnicas mixtas, trato de no encasillarme en ninguna, los canales siempre serán diversos, ahora es la fotografía, que junto a la digitalización, el fotomontaje y esa discursividad que no la puedo evitar y que abarca la temática del olvido, del rasguño histórico, o como dijo alguien que yo "fisgoneaba profundo en el paraje no visto que se encuentra ante todos nosotros".

http://lareplica.jimdo.com/2010/07/31/lebu-o-los-vientos-de-la-memoria-de-m%C3%A1ximo-beltr%C3%A1n/




















“A veces lo evidente es tal que ni siquiera se puede ver. Ese tal vez es la aventura estética de Máximo Beltrán, creador de la zona. Y cuando decimos zona debes olvidar de inmediato el centralismo de esta ciudad por hoy desfragmentada.

Beltrán fisgonea profundo en el paraje no visto que se encuentra ante nosotros. Delicadamente (y otras no tanto) escinde un trozo de esta realidad perpetua que se acentúa de mejor modo allí donde las pretensiones capitalinas (de esta ciudad o de cualquiera) quieren hacer desaparecer por que si y en virtud de cualquier modernidad. Por ello el sonido de desazón del Chillán actual o el pasado y el olor a barco de de las dolidas caletas de Lebu aparecen tanto como la belleza sepia de sus fotografías.

El soporte análogo, la intervención digital, el paseo de las tintas, el poder corrosivo del químico, la digitalización, los lápices, la aguada, el dedo encima, el texto superpuesto, el frío viento que se ve y la parsimonia de los planos confluyen en un todo locuaz.

Al ejercicio alquímico del fotomontaje de Máximo se une a las innumerables creaciones que presenta en el ámbito de la plástica, la grafica y la ilustración, junto a un intenso trabajo editorial en la ciudad de Chillán y que permiten traer, en esta ocasión, a la ciudad de Concepción, la exposición LEBU, iconografía intensa de su un imaginario íntimo, del ethos profundo que lame la ventisca que le vio crecer.”
Revista La Réplica / Cristian Condemarzo / Concepción

"Una vez más, Máximo Beltrán nos sorprende con su trabajo artístico tan propio, tan reconocible y salpicado de nostalgia. Esta vez nos lleva hasta su Lebu natal, ciudad de mar que lo vio nacer en la Provincia de Arauco.
En la sala de Exposiciones del Instituto Chileno Norteamericano de Concepción se exhibe (fue inaugurada el 16 de agosto) la muestra que lleva por nombre “Lebu”.
Radicado en Chillán desde 1974, con estudios profesionales de Diseño Gráfico, realizados en la Universidad del Bío-Bío Chillán, Max revela que siente a esta última ciudad como propia; se ha interiorizado de su historia, sus recuerdos y sus fantasmas. La ha plasmado a través de su obra plástica en la que la fotografía juega un papel vital: técnica análogo/ digital, fotografía, tintas, revelado químico, digitalización, impresión, tintas, aguadas, lápices. Beltrán es un alquimista de la imagen.
Pero allí, replegado en los pasillos de la memoria, subyace su Lebu natal.

¿IMAGEN Y PALABRAS?
Sí, imposible evitarlo. “Sigo a pie por las calles de mi pueblo, esquivando charcos y pozos repletos de historia; un viento frío trata de besarme con su olor a muerte, pero sólo logra despeinarme”.
Beltrán vive preferentemente sumergido en el silencio. Por él habla continuamente de su trabajo de diseñador gráfico, de ilustrador de numerosas publicaciones; su valioso deambular por el mundo del Internet con trabajos tan valiosos como la recuperación del Chillán anterior al terremoto de 1939. Y el artista visual que expone y sorprende, como ahora con la muestra “Lebu” en la capital regional, que esperamos tener la oportunidad de ver y recorrer en Chillán.
Con este trabajo hay un regreso al mundo de la infancia, de los primeros años. Lebu, recuerda, con sus vientos salobres y sus historias de fantasmas. Es un nostálgico de ojo fino.
Entrega un Lebu con un excelente soporte fotográfico; fotografías intervenidas y transformadas en los juegos de la memoria con talento y técnica depurada. Obtiene un lenguaje visual al que se suma también la palabra escrita.
Confiesa que le gusta deambular por las calles silenciosas y empaparse del entorno. Suele ver más allá de lo que advierte el transeúnte común y corriente. Así se han generado trabajos plásticos como el que presenta en este momento en Concepción y los que ha exhibido en salas de nuestra ciudad.
En Internet es posible ver el trabajo visual y escrito del artista. Además está realizando y con éxito una recopilación de valioso aporte a la recuperación de la memoria colectiva de Chillán. Con él ha obtenido un eco tal vez inesperado, que lo ha gratificado. La gente escribe, opina, aporta, envía fotografías y teje redes. Un quehacer que se agradece.
En su trabajo creativo como artista visual, se da una magnífica concordancia con el diseñador gráfico. El ilustrador reclama su sitio y el resultado de toda esta alquimia es la obra que Beltrán muestra desde su silencio, pero que ya con vida propia, recorre los caminos que debe recorrer y va marcando hitos y entregando imágenes."
Patricia Orellana / Diario la Discusión -Chillán

viernes, 16 de julio de 2010

Máximo Beltrán, Muestra plástica / Chillán, "deambular por los pliegues de la memoria"

Presentación Carmen Larraburu / Hacedora cultural / Octubre de 2008
Playa Unión (Rawson) Provincia del Chubut. República Argentina.

Estoy asombrada con el trabajo estéticamente hermoso y de un profundo contenido social, del artista visual Máximo Beltrán. Su obra con imágenes del 1900 de la ciudad Chillán de la hermana República de Chile, me lleva a pensar en el nuevo desafío “La socialización de la fotografía".

El desarrollo técnico de esta obra está sustentado en "imágenes transferibles". Abordando el espacio fotográfico y remitiéndose al rescate del color y del dibujo, con el propósito confeso de polemizar con el espacio pictórico (técnica análogo-digital).

Lo que hace las "imágenes transferibles", es permitir jugar a convertir la fotografía en una ruina de su propia capacidad de documentación. Interviniendo mañosamente en el proceso, provocando accidentes que nos hacen perder de vista lo fielmente reproducido, para seguir las huellas impensadas de una imagen que no existe.

Participo de la obra de Máximo con algunas palabras desde la humilde visión del arte y de la cultura. Le agradezco profundamente poder compartir su mundo.

Ayudemos a la fotografía a transferir la historia cultural y social del hombre nómada y del hombre urbano. Alternativa contemporánea del recurso genuino del tiempo: el tiempo del silencio, aquel silencio de colores sepias que muy a menudo nos toma examen y nos deja un camino por transitar.

Máximo, en su trabajo diluye los recursos patrimoniales para dejarnos lugar a la actuación y al juego de la creación, es como si nos susurrara al oído: … “hago de este espacio, el apego creativo que utilizó para la difusión de la fotografía. Desde los colores sepia como un saltarín bullicioso tejo en mi imaginación una prolija trenza que me lleva a transferir el hilo conductor de una nueva historia. Así en los juglares. Desde los juglares en pañales fecundaron un lugar de pertenencia en las generaciones que fueron creciendo y redescubriendo otros mundos adaptados al actual, al mío al tuyo el de todos nosotros”.

















sábado, 10 de julio de 2010

Muestra plástica / Fósil 1

Y caigo al fondo
Sin encontrar dolor
Condenado
Al destierro seco
De no volver a sentir
la tierna humedad
De otro cuerpo” (textos / Fabian Farías)

Técnica Digital
















“En el fondo no soy el único
hay otros como yo esperando
el frío los ha vuelto azules
en su carne imagino el mar
juntos como olas
las nubes en sus ojos
aquí ya se hizo de noche”