sábado, 17 de julio de 2010

MÁXIMO BELTRÁN, Muestra plástica / Lebu

PLIEGUE / REPLIEGUE / FRAGMENTO
p. Valeria Frindt Lic. Artes / Mg. Historia

Al ver las obras de Máximo Beltrán entiendo el Pliegue como un ejercicio de la memoria. Los recuerdos en la memoria se quiebran, se arrugan, se fragmentan y envejecen con la misma belleza que da el tiempo a una superficie. El tiempo carcome, corroe, despega y, consecuentemente, libera.

Un Repliegue lo concibo como ejercicio de autoconocimiento. Detenerse en esa arruga, en ese quiebre que guarda una o nuestra historia, nuestra verdad. Cada cierto tiempo la vida nos enfrenta a estas arrugas permitiéndonos observarlas y aprendernos. Cuando Ivelic sentencia que “…la obra de arte no es conocimiento sino que es un medio para el conocimiento…” encuentro estas obras y veo su sentencia escrita en estas paredes, desplegada en ellas.

En sus obras Beltrán nos invita a disfrutar, a deleitar las sutiles formas. Sugeridas imágenes que se sobreponen como el despliegue de la construcción des construida. El repaso de la imagen como registro alterado, intervenido, construyendo una realidad desde lo que el artista es, lo que le pertenece o aquello que él siente que le pertenece.

Olor salino, frío y húmedo; olor de fin de camino frente al mar; olor de arena, de llegada, de encuentro con el origen; olor a tardes en la casa de madera, junto al fuego; olor a pan amasado, mantequilla y miel; texturas y tramas de superficies que se quedan, que el artista deja registradas; colores añejos, con añejados maderos, humedecidos y entumecidos que cobijan al susurrar sus temperaturas húmedas y salinas esculpiéndonos y, de paso, dando forma a este artista.

La imagen fantasmagórica de la memoria nostálgica fragmentada, de la historia fragmentada, de la construcción hecha pedazos, de la realidad detenida, suspendida en imágenes como advertencia adivinatoria de la realidad después del terremoto reciente, a propósito del cual Beltrán nos sugiere una posibilidad de reconstrucción, a partir de lo que somos, de lo que tenemos, de lo que hemos tenido: fragmentos.
Nos invita a mirar más allá de la gran ciudad, a reconocer en lo mínimo, en el detalle voyerista de la pintura carcomida de una ciudad de colores añejos, en la mirada especialista del artista avezado que interviene la imagen encontrándonos con lo perdido, con lo que extrañamos. No como un recuerdo lastimero, sino invitándonos a conocernos y a mirarnos con todo lo que somos: pasado, destrucción, registro, fragmentos, recuerdos y reconstrucción.

Quiero recalcar que en el mismo gesto de desconstrucción elabora su propio registro histórico y gráfico, ese de las imágenes de su origen, tan frecuentes en nuestra memoria y que tanto decimos haber perdido. Lo describe en entrevistas: retoma lo que está ahí, aquello que creía que no iba a encontrar al volver al lugar y que maravillosamente se desplegó ante él y aquí nos ofrece. Como en un acto sicomágico florecido del inconsciente Beltrán nos ofrece la oportunidad de la reconstrucción.

Uno de los elementos que hace grande a un artista es el ser capaz de enfrentarnos, a través de su experiencia, a las nuestras; esa llamada universalidad que no necesita explicaciones teóricas o que si las encuentra son un ejercicio de goce para quien las realiza.

Siempre es un privilegio poder presentar la obra de un gran artista, pero quiero destacar que, pese a que se escuchen algunas voces que dicen que tenemos pocos artistas o de mala calidad en nuestro país actualmente, creo que lo que tenemos son pocos ojos que no ven lo que tenemos o que no están dispuestos a recibir lo que nuestros artistas nos ofrecen.

Sr. Beltrán su trabajo es un verdadero y alentador regalo de goce estético literario, visual y de reconstrucción.


Palabras Máximo Beltrán
"Me pongo de pie, con respeto y con un dejo de desasosiego al verme involucrado sin querer en la búsqueda del retorno.

Naci en la ciudad minera y puerto pesquero de lebu hace más de cuatro décadas; mi formación de afectos y anclajes espirituales fueron dando forma a este Max; mis retornos esporádicos fueron hablando del rescate de aquellos lugares ignotos que nunca se transforman, pero si envejecen, aqui no llega la maquinaria a demoler lo viejo; aqui lo viejo se hace más viejo...

Han pasado más de cuatro décadas en que lloré con la cara apoyada al vidrio traser, sin que nadie lo notara; hoy he vuelto y abrazo el viento y llegan a mi las voces guardadas en los árboles, y he empezado a desempolvar muchos recuerdos, imagenes que llegan, papeles, fotos, olores; ordenar el rompecabezas que tan fácilmente un día desordenaron.

Son las imagenes del álbum donde quedé ese dia cuando había que partir.
Al volver tenía mucho miedo de no encontrarme con mis imagenes, mis olores; de ese reconocerse en los detalles que la memoria conserva y caminar silencioso para no ahuyentar ningun fantasma.pero ahí estaba todo...

Sigo a pie por las calles de mi pueblo, esquivando charcos y pozos repletos de historia; un viento frío trata de besarme con su olor a muerte pero solo logra despeinarme.

Lebu...tiene el privilegio de ser una ciudad adonde se va, no por donde paso, ya que es el final del camino...
Diversos han sido mis soportes;al comienzo fue el dibujo, la pintura, el collage, tecnicas mixtas, trato de no encasillarme en ninguna, los canales siempre serán diversos, ahora es la fotografía, que junto a la digitalización, el fotomontaje y esa discursividad que no la puedo evitar y que abarca la temática del olvido, del rasguño histórico, o como dijo alguien que yo "fisgoneaba profundo en el paraje no visto que se encuentra ante todos nosotros".

http://lareplica.jimdo.com/2010/07/31/lebu-o-los-vientos-de-la-memoria-de-m%C3%A1ximo-beltr%C3%A1n/




















“A veces lo evidente es tal que ni siquiera se puede ver. Ese tal vez es la aventura estética de Máximo Beltrán, creador de la zona. Y cuando decimos zona debes olvidar de inmediato el centralismo de esta ciudad por hoy desfragmentada.

Beltrán fisgonea profundo en el paraje no visto que se encuentra ante nosotros. Delicadamente (y otras no tanto) escinde un trozo de esta realidad perpetua que se acentúa de mejor modo allí donde las pretensiones capitalinas (de esta ciudad o de cualquiera) quieren hacer desaparecer por que si y en virtud de cualquier modernidad. Por ello el sonido de desazón del Chillán actual o el pasado y el olor a barco de de las dolidas caletas de Lebu aparecen tanto como la belleza sepia de sus fotografías.

El soporte análogo, la intervención digital, el paseo de las tintas, el poder corrosivo del químico, la digitalización, los lápices, la aguada, el dedo encima, el texto superpuesto, el frío viento que se ve y la parsimonia de los planos confluyen en un todo locuaz.

Al ejercicio alquímico del fotomontaje de Máximo se une a las innumerables creaciones que presenta en el ámbito de la plástica, la grafica y la ilustración, junto a un intenso trabajo editorial en la ciudad de Chillán y que permiten traer, en esta ocasión, a la ciudad de Concepción, la exposición LEBU, iconografía intensa de su un imaginario íntimo, del ethos profundo que lame la ventisca que le vio crecer.”
Revista La Réplica / Cristian Condemarzo / Concepción

"Una vez más, Máximo Beltrán nos sorprende con su trabajo artístico tan propio, tan reconocible y salpicado de nostalgia. Esta vez nos lleva hasta su Lebu natal, ciudad de mar que lo vio nacer en la Provincia de Arauco.
En la sala de Exposiciones del Instituto Chileno Norteamericano de Concepción se exhibe (fue inaugurada el 16 de agosto) la muestra que lleva por nombre “Lebu”.
Radicado en Chillán desde 1974, con estudios profesionales de Diseño Gráfico, realizados en la Universidad del Bío-Bío Chillán, Max revela que siente a esta última ciudad como propia; se ha interiorizado de su historia, sus recuerdos y sus fantasmas. La ha plasmado a través de su obra plástica en la que la fotografía juega un papel vital: técnica análogo/ digital, fotografía, tintas, revelado químico, digitalización, impresión, tintas, aguadas, lápices. Beltrán es un alquimista de la imagen.
Pero allí, replegado en los pasillos de la memoria, subyace su Lebu natal.

¿IMAGEN Y PALABRAS?
Sí, imposible evitarlo. “Sigo a pie por las calles de mi pueblo, esquivando charcos y pozos repletos de historia; un viento frío trata de besarme con su olor a muerte, pero sólo logra despeinarme”.
Beltrán vive preferentemente sumergido en el silencio. Por él habla continuamente de su trabajo de diseñador gráfico, de ilustrador de numerosas publicaciones; su valioso deambular por el mundo del Internet con trabajos tan valiosos como la recuperación del Chillán anterior al terremoto de 1939. Y el artista visual que expone y sorprende, como ahora con la muestra “Lebu” en la capital regional, que esperamos tener la oportunidad de ver y recorrer en Chillán.
Con este trabajo hay un regreso al mundo de la infancia, de los primeros años. Lebu, recuerda, con sus vientos salobres y sus historias de fantasmas. Es un nostálgico de ojo fino.
Entrega un Lebu con un excelente soporte fotográfico; fotografías intervenidas y transformadas en los juegos de la memoria con talento y técnica depurada. Obtiene un lenguaje visual al que se suma también la palabra escrita.
Confiesa que le gusta deambular por las calles silenciosas y empaparse del entorno. Suele ver más allá de lo que advierte el transeúnte común y corriente. Así se han generado trabajos plásticos como el que presenta en este momento en Concepción y los que ha exhibido en salas de nuestra ciudad.
En Internet es posible ver el trabajo visual y escrito del artista. Además está realizando y con éxito una recopilación de valioso aporte a la recuperación de la memoria colectiva de Chillán. Con él ha obtenido un eco tal vez inesperado, que lo ha gratificado. La gente escribe, opina, aporta, envía fotografías y teje redes. Un quehacer que se agradece.
En su trabajo creativo como artista visual, se da una magnífica concordancia con el diseñador gráfico. El ilustrador reclama su sitio y el resultado de toda esta alquimia es la obra que Beltrán muestra desde su silencio, pero que ya con vida propia, recorre los caminos que debe recorrer y va marcando hitos y entregando imágenes."
Patricia Orellana / Diario la Discusión -Chillán

viernes, 16 de julio de 2010

Máximo Beltrán, Muestra plástica / Chillán, "deambular por los pliegues de la memoria"

Presentación Carmen Larraburu / Hacedora cultural / Octubre de 2008
Playa Unión (Rawson) Provincia del Chubut. República Argentina.

Estoy asombrada con el trabajo estéticamente hermoso y de un profundo contenido social, del artista visual Máximo Beltrán. Su obra con imágenes del 1900 de la ciudad Chillán de la hermana República de Chile, me lleva a pensar en el nuevo desafío “La socialización de la fotografía".

El desarrollo técnico de esta obra está sustentado en "imágenes transferibles". Abordando el espacio fotográfico y remitiéndose al rescate del color y del dibujo, con el propósito confeso de polemizar con el espacio pictórico (técnica análogo-digital).

Lo que hace las "imágenes transferibles", es permitir jugar a convertir la fotografía en una ruina de su propia capacidad de documentación. Interviniendo mañosamente en el proceso, provocando accidentes que nos hacen perder de vista lo fielmente reproducido, para seguir las huellas impensadas de una imagen que no existe.

Participo de la obra de Máximo con algunas palabras desde la humilde visión del arte y de la cultura. Le agradezco profundamente poder compartir su mundo.

Ayudemos a la fotografía a transferir la historia cultural y social del hombre nómada y del hombre urbano. Alternativa contemporánea del recurso genuino del tiempo: el tiempo del silencio, aquel silencio de colores sepias que muy a menudo nos toma examen y nos deja un camino por transitar.

Máximo, en su trabajo diluye los recursos patrimoniales para dejarnos lugar a la actuación y al juego de la creación, es como si nos susurrara al oído: … “hago de este espacio, el apego creativo que utilizó para la difusión de la fotografía. Desde los colores sepia como un saltarín bullicioso tejo en mi imaginación una prolija trenza que me lleva a transferir el hilo conductor de una nueva historia. Así en los juglares. Desde los juglares en pañales fecundaron un lugar de pertenencia en las generaciones que fueron creciendo y redescubriendo otros mundos adaptados al actual, al mío al tuyo el de todos nosotros”.

















sábado, 10 de julio de 2010

Muestra plástica / Fósil 1

Y caigo al fondo
Sin encontrar dolor
Condenado
Al destierro seco
De no volver a sentir
la tierna humedad
De otro cuerpo” (textos / Fabian Farías)

Técnica Digital
















“En el fondo no soy el único
hay otros como yo esperando
el frío los ha vuelto azules
en su carne imagino el mar
juntos como olas
las nubes en sus ojos
aquí ya se hizo de noche”

Muestra plástica / Trenes 1

El tren fue un testigo de mis placeres; de niño las locomotoras a carbón y dos coches sencillos rumbo al campo; túneles, puentes, ventanas abiertas para el paso de los bolsos, el pitazo de los guardias, y rumbo a mis sueños.

Tecnica análogo digital (lápices, tintas, fotografía, collage...)

TRABAJOS en VENTA / Facilidades, créditos personales / 30, 60, 90 dias.
Correo: maximo.beltran@gmail.com.
Su compra es una inversión, de acuerdo a la crítica especializada, la calidad de la propuesta y la constante puesta en escena de la obra.