SOBRE MAXIMO
BELTRÁN Y SU OBRA FOTOFRAFICA en el LIBO LA CASA
Los
personajes solitarios que habitan los diversos y tensos espacios compositivos,
los objetos, las texturas, los elementos simbólicos que pueblan cada una de sus
composiciones, funcionan en la obra de Maximo Beltrán como ecos lejanos de un
tiempo ya olvidado que se aferra de manera desgarradora a nuestro presente. La
composición jugada en blancos y negros extremos nos sacude de forma directa y
es por medio de sus silencios que se aglutinan de manera coherente cada uno de
estos trabajos. Es justamente este silencio, el que a la manera de un hilo
conductor nos lleva a recorrer estos temas cargados de reminiscencias. Es allí
donde un halo trágico subyace por detrás de esa apariencia apacible. Este salto
de obra en obra que nos deposita en el final del recorrido, nos lleva a un
viaje interior en donde como simples espectadores no podemos más que apropiamos
de esta experiencia absolutamente conmovedora para reflexionar sobre todo el
contenido de la misma.
(Leonardo
Mezzetti)
SOBRE ELGAR
UTRERAS Y SU OBRA.
Se trata de
un texto duro como un látigo de viento que nos incluye y nos propone hacer un
recorrido que no será fácil porque su urdimbre verdadera tiene la nunca vana
pretensión de intentar resolver aquellos acertijos que solo a través de la
lengua pueden sacarnos del abismo.
Hay un
ritmo, una cadencia que acompaña todo el recorrido de lectura que es notable y
prefigura, desde la eterna conciencia del carácter colectivo que habita en las
palabras, una estética cuya razón mayor es la obstinación por no diluirse ni
sucumbir y ante todo, como alegato liminar del discurso, seguir adelante, a
tientas si es preciso, pero jamás abandonar la dignidad que lo distingue.
El poeta sabe de todo esto y no es poco lograr
sostenerlo sin caer en la demagogia ni en el artificio. Elgar Utreras Solano es
como un moderno Prometeo con su piedra propia y sabe que el arte siempre tiene
razón, y es por ese motivo que tiene mano diestra para ofrecernos su corazón
sangrante; el dice de manera magistral su convencimiento y su lucha interior en
este hermoso verso: "Miles están de pie/ tengo mis sueños de testigo/ mis
manos y mis vuelos".
(Sergio
Pravaz)
Puerta I
A veces espero el
sueño eléctrico
Con que me
sentencian a diluirme
Y está bien
Porque a veces juegas
sucio
Me dejas desnudo
Mis manos estériles
Sin parirme una vez
más
Tus vestidos rozan
mis nervios
Como mujer que sabe
del futuro
Para enterrarme como
enfermo de guerra
Le viene a cada
tiempo un poco de soledad
Y borrón
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Los días pasan como
vidrios llenos de bichos muertos
El sopor es la
especialidad de la casa
Las visitas amenizan
el plato fuerte
Los fabricantes del sueño
trabajan en la cocina
De un viaje sin
memoria
Así los días pasan
cuando se te ocurre
Agitar las
pulseras del desaliento
Nos movemos a un
ritmo
Que no pueden parar
Me enseñas el
abecedario
Al oído
Tan leve
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Vienes siempre cuando las hojas de mi interior
Han caído y las
sombras crecen como edificios
En el ramaje de mi
cerebro
Mi padre busca explicaciones
Hasta detrás de los eclipses
Mi madre sólo calla
Purísima
desesperanza
La que toca
Tus vestidos acarician
Mi catedral
En la que recojo
Una campana.
Puerta II
La tribu sin nombre
partió cargando los hijos
Que sembró en mi
cabeza
Yo los cogí
tembloroso
Y sin un peso
Era mi solaz el verlos
alejarse con los ojos cerrados
Todo terminaba con un
ojo abierto
La casa era el lugar
donde me perdía
Como un cisne de
Martínez
Era el perfecto gato
de porcelana
Que fugado de sí y de
la dama
Miraba por su ventana
Una ciudad que no le
era propia
Llena de tejados
ausentes
Luminosos baldíos
Rostros de angustia
Que fueron como
viejas compañías
La luz confusa de la
luna
Entraba en el cuarto
Según no me engañan
los recuerdos
Aunque no son de
confiar
Dije algunas cosas
para mí
Y me eché a volar.
Pasillo I
Hay un nervio roto en
el extremo
De esta casa
Montón de guijarros
Y las palabras están
con la clave perdida
¿Cómo estás hoy? ¿Tienes algo que decir?
Responde una
mudez azul
Y la semana ¿Qué tal?
La espera
Es estarse de
vacaciones en el infierno
Quizás sea todo una
tormenta en la selva
Un par de chicas
asustadas
Alguna víctima de
robo
Manejemos todas las
posibilidades
Mientras el vigor está en la dosis diaria
No recuerdo si pasé por esto antes
¿Ud. Tendría la
gentileza de decírmelo?
Aquí es de lo único
que se habla
Las rosas no
impresionan a nadie
Ni los gatos
La música estaría
bien
Hablar un poco más
con los amigos
¿Ya se van? ¿No
podrían quedarse un segundo más?
Sin embargo así se va
en este avión
Un nervio hecho
trizas
Y este montón de
guijarros
¿Qué hace en la
ciudad?
Puerta III
El vigilante se
sumerge en su ojo
Junto al bulto de
ropa que me he vuelto
Distorsionando la luz
de mis zapatos
Ahora recuerdo a mi
abuela
Que del rescoldo
sacaba sus crías
Es un pensamiento
pasajero sin boleto
El que queda dando vueltas
sobre la mesa
Donde nos reunimos a
comer
No se siente el filo
sobre la carne
Ni las trizas del
último cometa
Él también recuerda
en otra lengua
Él también sabe de su
abandono
Cuida al detalle
Su soledad para no
empañar la mía.
Pasillo II
La casa es una
soledad inyectable
Que aliviana por
cuenta controlada
El temporal que me arrastra hacia repeticiones
Incontables
Me siento a la sombra de un ciruelo
Que me recuerda a un
amigo muerto
Las horas se tornan
en un hambre de amor
Mientras estás tan
lejos mi chiquilla
Mirarme las manos es
el pasatiempo
Y las horas son de un
hambre de amor que ni te cuento
Todo el mundo pasa
afuera
Alzado en banderas
Y estoy tan lejos de
la marcha
Sin la llave hasta
hacerme un grito.
Observo y revivo , la poesía de Elgar desplazándose en los pasillos , tu cámara y la soledad de esos espacios que , como un antagonismo , huelen a frio y están llenos de fantasmas encerrados en los adobes ... el encierro ...
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