LA
REINVENCION DE LA ALQUIMIA
Boris Sánchez Elchiver
Escritor- Profesor de Literatura- Fotógrafo
Con Máximo tenemos un nexo indeleble. insoslayable, casi ancestral. Su padre, Luis Beltrán, fue mi profesor de Electricidad en mi paso fugaz por una Escuela Industrial enclavada en Lebu, hermoso pueblo recostado en los bordes de un mar verde esmeralda.
En las redes
sociales siempre me llamó la atención un artista muy sui-generis llamado Máximo
Beltrán ( jamás sospeché que era el hijo de mi ex profesor), ensimismado en
invadir los espacios con tonalidades sacadas de la umbra, como rasguñando las
estrías del tiempo en un ajado paño de niebla….a veces, fugitivo, como un
hombre sentado en la vera del camino viendo pasar las comparsas.
Este
alfarero trashumante, despedazando la memoria, para que nosotros, los
pobrecitos mortales aprendamos a vivir de otra forma. Reinventando su propia
alquimia, haciendo brotar las imágenes como un geiser, como si fuese puliendo
vasijas de miles de años, pariendo su propia proclama en una sincronía bella y
honda.
Dueño de un
estilo sólido, sus manos y su mente van cincelando los materiales que emergen y
que Máximo con su arte nos regala a raudales…allí plasma el arte que no muere.
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