sábado, 24 de agosto de 2013

Máximo Beltrán “Para mí el arte es todo” (entrevista)

Al artista visual Máximo Beltrán lo conozco hace muchos años, y una de las cosas que siempre me ha llamado la atención en él, es su inamovible sello estético; claro, con los años ha ido evolucionando la técnica, y ha incorporado diferentes recursos a la composición de su obra pictórica, que el mismo la define como una constante búsqueda interna; pero la temática siempre ha sido la misma.
p. Santiago Bonhomme A.
Revista NOS Magazine




 La historia de Max en las artes visuales parte siendo apenas un adolescente; primero desde el asombro de un “liceano” que un día le llamó la atención una exposición de la  ya mítica agrupación tanagra. Max se fascinó con esas pinturas, las recorrió, las observó con mucho detenimiento y curiosidad. Cuando terminó la enseñanza media en el  liceo de hombres de Chillán,  tenía muy claro que quería estudiar arte, y en Santiago; sin embargo en los años 80 no todo era como una quisiera, la economía reinante apremio en estudiar en Chillán, favoreciendo el concepto familiar ya con tres hermanos en la universidad.

Así que chistando un poco, entró a la carrera de Diseño Gráfico en la Universidad el Bío Bío donde el arte también se desplegaba, por lo que fueron años intensos, de mucho aprendizaje, buenos años recuerda.  Risueño me cuenta que era un poco odioso con algunos compañeros, que eufóricos por la época que se vivía en el país, trataban de tomarse la universidad, boicotear las clases, pero él no estaba dispuesto a perderlas, en honor al esfuerzo de su padre, así que entraba igual con un par de compañeros más; lo que obligaba a los profesores a pasar las materias. “Muchos me tacharon de pinochetista, de fascista, y yo simplemente quería clases”, objeta con cara de inocente.

Su primera exposición individual la montó el año 1987 en la Sala Silvia Molina; recuerda que ni siquiera tenía nombre, la idea era molestar, provocar con las pinturas, y lo consiguió. Después de esa experiencia no paró más. Con los años, Max fue desarrollando a la par su exitoso trabajo de diseñador con el de pintor, hartas exposiciones, viajes, experiencias que de cierto modo fueron moldeando su carácter estético, y más aún, el arte se apropio de su vida, sin él, Max no sabría qué hacer; es  su manera de comunicarse. El último tiempo ha ganado fama gracias a varios proyectos exitosos que ha desarrollado. Por ejemplo el blog Chillán antiguo, con él  puso una importante alerta sobre la despreocupación de la ciudad con respecto al patrimonio “ El blog nació debido a la aberración que cometieron  las autoridades de la época con los adoquines de la ciudad. Sacarlos y luego botarlos, cuando en otras ciudades son un verdadero tesoro” me explica aún indignado.

Este semestre ha sido bien intenso para este destacado artista; está lleno de trabajo y proyectos, de hecho acaba de salir de la imprenta la revista Chillán antiguo, está confiado que será un gran aporte y un tirón de oreja a las autoridades que aún parecieran no tomar en serio el patrimonio cultural que tenemos. En poco tiempo más publicará un libro sobre la población Santa Elvira, en coautoría con la periodista Patricia Orellana. Además está ad portas de presentar una nueva exposición que la tituló “Relatos”; en ella recorre parte de su vida, los diversos relatos que lo han ido moldeando hasta ser lo que es. Me confiesa que está feliz, vive una etapa súper rica de creación, se siente muy seguro de lo que está haciendo, siempre fascinándose con las posibilidades de los nuevos lenguajes que le da el arte, más ahora que no suelta por nada su cámara fotográfica, la que se ha convertido en otra de sus vías de comunicación.

-¿Qué crees que piensa de ti la gente? – me responde muy honesto, “no sé, nunca me hecho esa pregunta, en realidad no me interesa, me preocupa más no hacer cosas”


Muestra "Relatos" en MICAL. (Elul)

MUESTRA "RELATOS" MICAL
Museo Interactivo Claudio Arrau León / Chillán - Chile

Esa tarde del 6 de agosto, cabeza del mes de Elul (Rosh Jodesh de Elul), inauguraba una vez más la muestra “Relatos”, (itinerancia), esta vez en Chillán, Museo Interactivo Claudio Arrau. Eran las 7 de la tarde, y llovía, y todo hacía presagiar que la convocatoria esa tarde sería casi nula, no sería la primera vez que inauguraba con lluvia y temporal, hace años en Concepción, me acompañaron solo mis fantasmas.
Pero la lluvia, el frio y el viento, no fue obstáculo, en un Chillán cómodo la sala estaba llena; cuando veía entrar en silencios de minutos a los asistentes la emoción completaba el cuadro, era otro “relato” que estaría colgado simbólicamente esa noche.
Me presentó Patricia Orellana, desde la amistad, cuando llego el momento de dirigirme a los asistentes amigos, no dije nada, prácticamente nada, ya estaba todo dicho.