viernes, 8 de febrero de 2013

Máximo Beltrán por Boris Sánchez Elchiver


LA REINVENCION DE LA ALQUIMIA


Boris Sánchez Elchiver
Escritor- Profesor de Literatura- Fotógrafo


Con Máximo tenemos un nexo indeleble. insoslayable, casi ancestral. Su padre, Luis Beltrán, fue mi profesor de Electricidad en mi paso fugaz por una Escuela Industrial enclavada en Lebu, hermoso pueblo recostado en los bordes de un mar verde esmeralda.

En las redes sociales siempre me llamó la atención un artista muy sui-generis llamado Máximo Beltrán ( jamás sospeché que era el hijo de mi ex profesor), ensimismado en invadir los espacios con tonalidades sacadas de la umbra, como rasguñando las estrías del tiempo en un ajado paño de niebla….a veces, fugitivo, como un hombre sentado en la vera del camino viendo pasar las comparsas.

Este alfarero trashumante, despedazando la memoria, para que nosotros, los pobrecitos mortales aprendamos a vivir de otra forma. Reinventando su propia alquimia, haciendo brotar las imágenes como un geiser, como si fuese puliendo vasijas de miles de años, pariendo su propia proclama en una sincronía bella y honda.

Dueño de un estilo sólido, sus manos y su mente van cincelando los materiales que emergen y que Máximo con su arte nos regala a raudales…allí plasma el arte que no muere.

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