viernes, 9 de julio de 2010

MAXIMO BELTRÁN, COMENTARIOS GENERALES a su Obra.

COMENTARIOS
Sus singulares y sorprendentes composiciones nos están expresando la fantasía de su pensamiento y su preocupación intelectual y lírica, como formas de sentir y crear el arte
Baltazar Hernández / Acuarelista / Ensayista / Grupo Tanagra (1991)

Su tendencia preferencial es el dibujo, que cultiva con devoción y acabada técnica.
Sergio Vallejos / Pintor / Profesor U. de Chile / Grupo Tanagra / (1992)

Observar su obra es comprender en parte el proceso de cómo se va construyendo la conciencia colectiva de una sociedad sobre la base de un enjambre de filamentos repartidos en el tiempo y en el espacio, catalizados dentro de la memoria o del alma de los grupos humanos.
Marco Aurelio Reyes / Decano Facultad de Humanidades UBB / (1994)

Iconos y formas, repletas de detalles y poesía, un excelente dibujo que poco a poco va vistiéndose de color, textura y expresión para dar paso a la obra.
Francisco Del Despósito / Lic. En Diseño / Magíster en Comunicación UDP.(2003)

De factura impecable. Precisión en los trazos, equilibrio composicional, manejo de los contrastes y una atmósfera que nos introduce a una reflexión permanente, quizás, en busca de respuestas a un encuentro con lo pasado y lo presente.
Luis Cuello Madariaga / Lic. En Artes / Artista Visual / (2003)

Pulcro, impecable, inquietante búsqueda del tiempo.
Féliz Martínez / Prorector UBB / (2004)

Máximo Beltrán, utiliza todas las técnicas y texturas para expresar a través de sus obras, su mirada estética, teñida gratamente de una suerte de dulce nostalgia…
Patricia Orellana /Periodista Cultural / (2004)

Excelente su trabajo de la técnica y la contextualización de su temátioca; se complementa cabalmente con la aplicación a cada obra, se tratan de alguna manera de temas ocultos, que atienden al aspecto volitivo del artista.
Rodrigo Vera M. Lic. en Artes Mag. en Teoría e Historia del Arte U.de Chile. (2004)

Máximo, eres uno de los privilegiados, que aún cree en la honestidad, en mostrar quién eres, en mostrara tu rostro bajo la lluvia que agujerea tus mejillas con gotas de furiosa ignorancia..
Franco Casabal / Arquitecto/ Artista Plástico / USA / (2006)

Dibujar o delinear con palabras un acercan¡miento al trabajo de Máximo Beltrán es una empresa exigente, debido –principalmente- a la gran calidad de su propuesta, donde resalta de inmediato la intensa vibración que le supone a cualquier espectador, el “pararse” frente a su obra.
El trabajo de Máximo Beltrán se ha anclado en, entre y desde los espacios. Pero ¿cuál es el reto del autor? Pues de manera muy sencilla y a la vez compleja, de hacernos, de obligarnos a recordar. El resultado, por supuesto, es un paseo, un deambular por los pliegues de la memoria, casi como "Alicia en el País de las Maravillas"; sólo que en esta ocasión lo hacemos sin Alicia y sin Conejo que nos guíe durante el viaje. En el trayecto nos conectamos con emociones, con voces, con profundos sentimientos que quizá pensábamos haber extraviado en alguna esquina, alguna avenida -de esas que cambian sus fachadas acaso una vez cada cierta década-. Por eso, esta presentación no es más que una invitación extendida a quienes deseen no bloquear sus percepciones y sensaciones, un convite sencillo y limpio al sentir, a dejarse llevar por todo aquello que proviene desde la memoria emotiva, esa que nos obligamos a disolver en el tráfago cotidiano, en la agitación de las horas que cada día van acortándose con un dejo imperceptible y vano, sumidos en la tiranía del tiempo, atados al influjo cruel del desanimado reloj.
Hugo Quintana / Poeta / Editorial Ortiga. (2008)

Ayudemos a la fotografía a transferir la historia cultural y social del hombre nómada y del hombre urbano. Alternativa contemporánea del recurso genuino del tiempo: el tiempo del silencio, aquel silencio de colores sepias que muy a menudo nos toma examen y nos deja un camino por transitar. Máximo, en su trabajo diluye los recursos patrimoniales para dejarnos lugar a la actuación y al juego de la creación, es como si nos susurrara al oído: … "hago de este espacio, el apego creativo que utilizó para la difusión de la fotografía. Desde los colores sepia como un saltarín bullicioso tejo en mi imaginación una prolija trenza que me lleva a transferir el hilo conductor de una nueva historia. Así en los juglares. Desde los juglares en pañales fecundaron un lugar de pertenencia en las generaciones que fueron creciendo y redescubriendo otros mundos adaptados al actual, al mío al tuyo el de todos nosotros".
Carmen Larraburu / Hacedora Cultural / Argentina (2008)

A veces lo evidente es tal que ni siquiera se puede ver. Ese tal vez es la aventura estética de Máximo Beltrán…quién fisgonea profundo en el paraje no visto que se encuentra ante nosotros. Delicadamente (y otras no tanto) escinde un trozo de esta realidad perpetua que se acentúa de mejor modo allí donde las pretensiones capitalinas (de esta ciudad o de cualquiera) quieren hacer desaparecer por que si y en virtud de cualquier modernidad. Por ello el sonido de desazón del Chillán actual o el pasado y el olor a barco de de las dolidas caletas de Lebu aparecen tanto como la belleza sepia de sus fotografías.
El soporte análogo, la intervención digital, el paseo de las tintas, el poder corrosivo del químico, la digitalización, los lápices, la aguada, el dedo encima, el texto superpuesto, el frío viento que se ve y la parsimonia de los planos confluyen en un todo locuaz.
Al ejercicio alquímico del fotomontaje de Máximo se une a las innumerables creaciones que presenta en el ámbito de la plástica, la grafica y la ilustración, junto a un intenso trabajo editorial.
Revista La Réplica / Cristian Condemarzo / Concepción 2010

La imagen fantasmagórica de la memoria nostálgica fragmentada, de la historia fragmentada, de la construcción hecha pedazos, de la realidad detenida, suspendida en imágenes como advertencia adivinatoria de la realidad después del terremoto reciente, a propósito del cual Beltrán nos sugiere una posibilidad de reconstrucción, a partir de lo que somos, de lo que tenemos, de lo que hemos tenido: fragmentos.
Nos invita a mirar más allá de la gran ciudad, a reconocer en lo mínimo, en el detalle voyerista de la pintura carcomida de una ciudad de colores añejos, en la mirada especialista del artista avezado que interviene la imagen encontrándonos con lo perdido, con lo que extrañamos. No como un recuerdo lastimero, sino invitándonos a conocernos y a mirarnos con todo lo que somos: pasado, destrucción, registro, fragmentos, recuerdos y reconstrucción.
Valeria Frindt. Lic. en Artes / Mag. Historia del Arte / Concepción 2010


La obra de Beltrán son puertas, que nos invitan a  viajar en la insinuación de las fuerzas elementales desatadas  en el cuerpo, antimaterico y físico, Eros y Thanatos  constituidos en una misma naturaleza pero diferenciados en grado. La virtud orgánica  y pulsante de la mano sobre el papel, fusionada con el recurso tecnológico  y virtual de la pantalla.
 Este acontecer  es íntimo y personal, pero no azaroso, esta obra se erige sobre deseos e intenciones, ahora el espectador es el llamado a detenerse  y llegar hasta la profundidad que le corresponda, así,  descubrir  lo que en esta obra no esta declarado ni evidente expuesto, una dualidad mas  para preguntarse ¿donde realmente habita la obra ?.
Rodrigo Piracés G. / Concepción,  2012

Más allá de la observación pictórica, de lo que miraríamos; son escenografías, pero también advertencias, porque Máximo Beltrán quiere vivir –ferozmente- las renovaciones de una íntima dramaturgia, de un desenterramiento de la memoria y de lo que se ha pensado. De las cuales a todo precio y utilizando todas las técnicas pictóricas, llevadas al dramatismo para encontrar desesperadamente una salida; alzarse en el oxígeno, en el aire nuevo, en la carne viva y desencarnada.
Libertad, escape de la soledad y de la genealogía. El arte de Máximo Beltrán es una práctica de la fuga, donde el futuro se consigue en el sacrificio de todos los valores establecidos; y debemos admirara a Máximo, quién continúa sin descansar, sin compromiso y sin complacencia su liberación.
Un esclavo como nosotros, quién abiertamente y de manera obstinada se deshace de sus cadenas y trabas, una a una.
Filosofía, escritura, puesta en imagen, teatralización, poesía seguramente, y sobre todo ¿qué significa todo esto? Sino el coraje y el saber hacer de un alquimista, quién busca y socava la tierra para volver a dar libertad al porvenir.
Miremos con atención…
Rick Van Den Kerchove / Art Conceptor / Luxemburg - 2012


“Relatos” implica algo que contar, algo que narrar, historias que traducen la trayectoria de mensajes que aparecen, se cruzan y entrecruzan como una suerte de palimpsesto que, ya sabemos, es un “manuscrito antiguo que conserva huellas de una escritura anterior borrada artificialmente”. Aunque lo que “artificialmente” no haya sido siempre un acto voluntario y más bien corresponda a designios oraculares, al azar o al destino como señala la famosa sentencia del Conde de Lautéramont. “El encuentro de una máquina de coser y un paragua s en una mesa de disección.”La “escritura anterior” como imagen de un pasado ambivalente y contradictorio, memoria histórica y crisis, fisura, ruptura; gesto político, constante reflexión. Ese “manuscrito antiguo” que es la imagen de un pasado, de algo anterior, (lo cual incluye evidentemente la intrahistoria o la microhistoria), es algo activo y cambiante, una caja de resonancias y una caja fuerte que guarda y conserva un patrimonio tangible e intangible que busca por salir a flote, por mostrar y relatar, en este caso. La ominosa realidad fragmentada por la realidad y aparentemente detenida en la obra de arte, es al mismo tiempo nostalgia y reconstrucción, conciencia y deseo.

¿Cómo relata la pintura, como narra lo visual? La escritura con su carácter lineal (es una cadena de fonemas, uno tras otro, imposible superpuestos), nos cuenta en el tiempo y el espacio de la oralidad o de la pagina u otra superficie. La pintura, por el contrario, no es sucesión lineal, sino más bien simultaneidad. Frente al cuadro, el espectador recibe el impacto de un todo que luego puede comenzar a recorrer en líneas o espacios de fuga, en centros de interés, en puntos de atracción, en detalles generadores de tensiones (el puctum de Barthes)

En la obra de Máximo Beltrán se percibe, de inmediato, el carácter narrativo, es decir hay una evidente voluntad de querer contar algo. Y ese algo nos llega mediante una serie de fragmentos que operan como usa suerte de collage, de fotomontaje, de intervención, de elementos de diferente índole, tanto material (técnica mixta) como del sentido que irradian esos materiales.  Es fácil distinguir en sus cuadros, la presencia de una serie de elementos que se reiteran como una especie de intratextualidad, es decir la obra se espejea, se habla a si misma, es obra y comentario, sujeto y predicado, autoreflexibidad: el cuerpo humano, vestimentas, calaveras, la bandera de Chile, íconos religiosos, etcétera, todo es una atmósfera sensorial de carácter onírico-surrealista.

La maestría de Máximo Beltrán es precisamente el saber qué hacer y cómo hacerlo: el arte análogo-digital que nos presenta, conjuga la inteligencia y la emoción de sus composiciones que son,  como afirma el crítico Rick Van Den Kerchove, “escenografías y advertencias” y nos sitúan en la ruta de una aventura con los detalles de un proceso que encierra  dibujo, pintura, tintas, tonalidades, sombras, veladuras, fotografía, recortes, collage, digitalización, pero siempre interviniendo la tecnología: esa es la principal característica de su obra y fortaleza. Su discurso no es algo mecánico, hecho en serie o producido por la máquina (programas vectoriales y graficadores), es algo humano, hecho por el artista. La imagen recreada a partir de una progresión sistémica de contenidos virtuales, es el juego mayor de este arte y Máximo Beltrán con oficio de catador de esencialidades, inscribe en la superficie de sus telas relatos pintados de nuestra identidad, no solamente para recordarnos lo que somos sino que, además, para dejar huellas y trazos al tiempo venidero con un especial sentido religioso en el sentido de religar, de volver a unir, de juntar nuevamente, recuperando así imaginarios colectivos.
Presentación Academia Chilena de la Lengua / sr. Tulio Mendoza Belio - 2013

SOBRE MAXIMO BELTRÁN Y SU OBRA FOTOFRAFICA en el LIBO LA CASA
Los personajes solitarios que habitan los diversos y tensos espacios compositivos, los objetos, las texturas, los elementos simbólicos que pueblan cada una de sus composiciones, funcionan en la obra de Maximo Beltrán como ecos lejanos de un tiempo ya olvidado que se aferra de manera desgarradora a nuestro presente. La composición jugada en blancos y negros extremos nos sacude de forma directa y es por medio de sus silencios que se aglutinan de manera coherente cada uno de estos trabajos. Es justamente este silencio, el que a la manera de un hilo conductor nos lleva a recorrer estos temas cargados de reminiscencias. Es allí donde un halo trágico subyace por detrás de esa apariencia apacible. Este salto de obra en obra que nos deposita en el final del recorrido, nos lleva a un viaje interior en donde como simples espectadores no podemos más que apropiamos de esta experiencia absolutamente conmovedora para reflexionar sobre todo el contenido de la misma.

(Leonardo Mezzetti) 2013



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